Al contrario de lo que muchos piensan el Karma no es un castigo, el Karma es el conjunto de consecuencias producto de lo que elegimos pensar, hacer y decir en el día a día del vivir. En efecto nosotros podemos hacer de nuestra vida una comedia o una tragedia, estamos escribiendo continuamente el libreto de nuestra vida. Haciendo uso del libre albedrío creamos nuestro Karma, por lo que podemos cambiarlo y vivir cada día mejor.
En sánscrito Karma significa Acción. Solo cuando nosotros aceptemos que somos totalmente responsables de lo que nos ocurre, podremos escoger hacerlo mejor y por ende tomar el camino que nos conduce a la Dicha. Haciendo mejores escogencias tanto al hablar, al pensar como al actuar, en situaciones similares a las ya ocurridas en el pasado, podemos cambiar nuestro destino.
Recuerde, lo más importante es ser conciente que siempre podemos volver a decidir. No tenemos porque ser victimas eternas de nuestras decisiones pasadas, podemos cambiar desde hoy y, tomar nuevas y mejores decisiones. Decisiones que nos reditúen oportunidades y felicidad.
Una vez que sabemos tomar las mejores decisiones, aquellas que nos colocan en sintonía con las leyes espirituales del Universo, recibiremos alegrías y al escoger acciones que producen felicidad y llevan al éxito a las personas que nos rodean, el fruto de nuestro Karma será también felicidad y logros.
La esencia de la ley del Karma dice: Acciones similares producirán efectos similares. Las causas producen efectos que son de la misma naturaleza que la causa. Tal como dijo Jesús: En la misma medida que des, recibirás.
Uno mismo se crea su Karma: Con el poder de sus pensamientos, de sus palabras y de sus acciones.
susana colucci
En sánscrito Karma significa Acción. Solo cuando nosotros aceptemos que somos totalmente responsables de lo que nos ocurre, podremos escoger hacerlo mejor y por ende tomar el camino que nos conduce a la Dicha. Haciendo mejores escogencias tanto al hablar, al pensar como al actuar, en situaciones similares a las ya ocurridas en el pasado, podemos cambiar nuestro destino.
Recuerde, lo más importante es ser conciente que siempre podemos volver a decidir. No tenemos porque ser victimas eternas de nuestras decisiones pasadas, podemos cambiar desde hoy y, tomar nuevas y mejores decisiones. Decisiones que nos reditúen oportunidades y felicidad.
Una vez que sabemos tomar las mejores decisiones, aquellas que nos colocan en sintonía con las leyes espirituales del Universo, recibiremos alegrías y al escoger acciones que producen felicidad y llevan al éxito a las personas que nos rodean, el fruto de nuestro Karma será también felicidad y logros.
La esencia de la ley del Karma dice: Acciones similares producirán efectos similares. Las causas producen efectos que son de la misma naturaleza que la causa. Tal como dijo Jesús: En la misma medida que des, recibirás.
Uno mismo se crea su Karma: Con el poder de sus pensamientos, de sus palabras y de sus acciones.
susana colucci