El maestro le dice al discípulo:- Acércate al cementerio. Una vez allí, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos.
El discípulo se dirige al cementerio. Una vez allí, comienza a decir toda suerte de elogios a los muertos y después regresa junto al maestro. +¡
- ¿Qué dijeron los muertos? - pregunta el maestro.
- No respondieron - contesta el discípulo.
Y el maestro le ordena ahora:
- Volverás al cementerio y soltarás toda clase de insultos a los muertos.
El discípulo acude de nuevo al cementerio y sigue las instrucciones del maestro. Vocifera toda suerte de imprecaciones contra los muertos y después se reúne con el maestro.
- ¿Qué dijeron los muertos? - pregunta por segunda vez el maestro.
- No respondieron - contesta el discípulo.
Y el maestro concluye:
- Así debes ser tú: indiferente como un muerto ante los halagos o los insultos de las otras personas.
Hay muchos relatos de las enseñanzas que sugieren no dejarnos afectar por los comentarios negativos o positivos de los demás.
Los toltecas sugieren no tomar nada de forma personal, porque cada vez que alguna persona nos insulta o nos halaga está expresando una opinión que proviene de la forma que tiene de verse a si misma, aún cuando no se de cuenta. Nos está enviando una señal. Usa su propio patrón de referencia o ego para transformar un sentimiento personal en un juicio, por lo tanto su opinión no tiene que ver en lo absoluto con nosotros, solo con ella. Cuando nos admira refleja una potencialidad que tiene dentro de si y que puede desarrollar, cuando nos critica nos advierte sobre una característica que es incapaz de aceptar en si mismo.
Así lo expresa Jesús cuando le dice a uno de los apóstoles que no es lo que entra por nuestras bocas lo que hay que cuidar ... es lo que sale, porque refleja lo que llevamos dentro del corazón... revela además como es el patrón de referencia que usamos al transformar nuestros pensamientos en palabras.
Aprender a no dejarnos afectar por la opinión de los demás nos ayuda a ser emocionalmente libres y nos permite conocer más a los demás. Este conocimiento nos sirve además para analizarnos a nosotros mismos. Cuando sintamos el deseo de alagar a alguien o de criticarlo, busquemos dentro de nosotros mismos antes de hablar. Encontraremos algo que podremos aprovechar para crecer.
susana colucci
