Mucho hemos leído y estudiado acerca que el final del camino, el logro iluminado, se realiza con la conciencia de que somos Uno con el Creador.Veo una gran contradicción en nuestro sendero, por un lado la noticia es que debemos alcanzar la Unidad Infinita y por el otro nos empeñamos en estudiarnos, definirnos y vernos como entes apartados dentro de nosotros mismos, que si el yo material, el yo espiritual, el ego o “yo separado”…
Es el dilema del Yo soy. ¿Qué eres?
Hay quienes piensan que la respuesta es soy ingeniero, soy papá, soy hermano, soy mamá, soy pintor, soy una persona, soy un hombre, soy una mujer, soy un niño… y otros que entran en la definición de los planos del ser “bueeeeno, depende soy un cuerpo que tiene un ego que tiene un alma…". Es aquí cuando se plantea la desunión. ¿Cómo podemos hacernos concientes que somos Uno con Dios si no somos ni siquiera Uno con nosotros mismos?
Pienso que el Yo Soy es completo, es uno solo que asume diferentes roles, que se ubica en diferentes planos y que tiene la capacidad de irse formando un marco de referencia en sustitución al instinto que hemos ido perdiendo y que no hemos sabido transformar en intuición.
Un Yo Soy que se expresa materialmente en este plano, quizás porque en un momento uno de nosotros o un grupo cruzó en el camino celestial y quiso probar una nueva experiencia, materializándose al "probar de la manzana", para luego no poder salir de ahí hasta el día de hoy que seguimos buscando la puerta para conseguir el Paraíso en el que vivía Adán.
¿Qué eres? Pienso que eres Amor, ola del océano que sin separarse de su Génesis, recorre un camino terrenal naciendo, llegando a la cúspide y declinando hasta volver a fundirse en el Infinito. Y en ese recorrer asuems posiciones, tal cual como lo hace la onda del mar, vas activando tus conocimientos infinitos gracias a los estímulos que recibes, vas dándole forma a un marco de referencia impuesto por las enseñanzas, las experiencias y las costumbres y actúas desde el, usándolo de lista de comparación en el continuo proceso de tomar decisiones.
Cuando actuamos usando ese parangón, que es lo que mas se me asemeja a eso que llaman ego, nos comportamos igual a un programa de computador, todas las respuestas que ves en el monitor son resultado de haber detectado una intervención que se procesa a través de una serie de condicionales, cuyo cumplimiento tiene una respuesta preestablecida. Desde mi punto de vista eso no quiere decir que tenemos más de un yo, sino que somos autómatas por la vida…
Pienso que debemos darnos cuenta que todos tenemos un solo yo actuando desde formas físicas distintas, que tenemos la oportunidad de decidir reactivar el instinto y transformarlo en intuición, de desarrollar nuestras potencialidades al máximo, haciendo lo necesario para lograr el equilibrio entre ellas y, solo usar el ego durante el proceso de “renacimiento y comprensión” para evitar riesgos en las acciones básicas de la vida y aprovechar oportunidades, en las que el marco de referencias nos ayuda a ser prudentes o astutos. Para eso sugiero desarrollar un pensamiento “cuestionador”, preguntarnos ¿por qué voy a hacer esto? Es realmente esto lo que quiero hacer? Va a colaborar con el beneficio propio y de la humanidad? Estoy entregando en la misma calidad en que quiero recibir a cambio? Lo que voy a hacer es una conducta aprendida? Me conviene seguir actuando igual? Quiero seguir consiguiendo los mismos resultados? Y en base a las respuestas actuar.
Y, cuando no hayas podido planificar a priori tu comportamiento, entonces lo mejor será al final del día analizar lo hecho ¿por qué hice eso? Por qué actué de esa forma? Qué me hizo reaccionar de esa manera? Cómo lo habría podido hacer diferente? ¿Cómo hubiera querido que fuera el resultado? Recapitulando todos los días sobre los momentos mas significativos al principio, y luego sobre la totalidad, de esa forma podrás ir dibujandotu vida, imaginándote como quieres que sea en la próxima oportunidad y rediseñando el marco de referencia, para que sea auténtico y reflejo de lo que eres, sin divisiones ni niveles.
Cuando lo logres pensarás: Yo soy lo que yo soy.
Es suficiente.
susana colucci
