No todos los relatos que recibo por Internet o que encuentro en la literatura de crecimiento personal me gustan, pienso que hay los que se aprovechan de nuestra capacidad de sentir para tratar de vender el mensaje, aún cuando lo que escriban no sea verdad… esos no me agradan.
Pero el que comparto a continuación si me pareció adecuado para reflejar cómo podemos sacarle provecho a las dotes con las que nacimos, olvidando que el hombre en su afán de clasificar, las llamo “virtudes” o “defectos”, todo forma parte de los opuestos que existen para lograr el equilibrio… entonces un paso a dar es entender que ellos, los opuestos, están para vivir en coexistencia y que los defectos no son tales…solo contrapesos.
Si logramos aceptar lo anterior no solo podremos entender que somos perfectos en nuestra imperfección sino también cumpliremos otra parte del mensaje…dejaremos de juzgar.
Y sembraremos un camino de flores...
susana colucci
A continuación el relato que recibí por Internet en la lista buscadores de luz.
Vasijas y flores
Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros.
Una de las vasijas tenia varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente; desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la vasija quebrada le habló al aguador así, diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir."
El aguador, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino."
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sentía apenada porque al final, solo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces: "Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino?
Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza."