Nos llega información del espacio procedente del medievo. De ahí viene la última imagen obtenida por el 'Hubble', el telescopio espacial de la NASA. Ésta corresponde a los restos de una explosión estelar descubierta hace más de 1.000 años.
'Hubble' ha capturado imágenes de los restos de una supernova que explosionó en la Vía Láctea hace unos 8.000 años luz. Esta fotografía corresponde a una pequeña parte del remanente de la denominada SN 1006.
La supernova SN 1006 fue visible para el ojo humano. Su origen se encuentra en la agonía de una estrella enana situada a unos 7.000 años luz, y que observadores europeos, africanos y orientales detectaron el 1 de mayo del año 1006.
Este objeto fue durante semanas el más brillante del cielo (tras el Sol y la Luna), y fue visible incluso de día. Poco a poco su luz se fue atenuando, y continuó siendo visible a simple vista aún durante dos años y medio tras la explosión.
Esta capa externa de la supernova se ha estado expandiendo a una velocidad media de unos 30 millones de km/h. Actualmente su velocidad se ha reducido a unos 10 millones de km/h.
Para Alfred Rosenberg, Asesor Científico del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), hay diferentes variables que hacen lograr esta espectacular imagen. Por un lado, "debido a su relativa cercanía y energía invertida en su explosión, la supernova SN 1006 puede que haya sido la supernova más brillante de la historia". Además, "con el 'Hubble' tenemos la ventaja añadida de que se encuentra fuera de la atmósfera, evitando sus turbulencias y obteniendo imágenes más nítidas", según Rosenberg.
Otro aspecto que destaca este experto sobre la imagen es que "se aprecian algunas estrellas de nuestra galaxia (puntos "blancos") y un gran número de galaxias (manchas y puntos más amarillos)".
El Telescopio Espacial Hubble es un proyecto internacional de cooperación entre la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), en órbita desde 1990.