Jean Shinoda Bolen
Tiene 68 años. De familia japonesa nació y vive en Los Ángeles. Es doctora en Medicina, analista junguiana y profesora de Psiquiatría en la Universidad de California. Esta divorciada y tiene dos hijos.
Tiene 68 años. De familia japonesa nació y vive en Los Ángeles. Es doctora en Medicina, analista junguiana y profesora de Psiquiatría en la Universidad de California. Esta divorciada y tiene dos hijos.
En una entrevista reciente dijo:
A mi me interesan las mujeres maduras, con humor y activas. A partir de los 40 años empieza lo mejor si eres capaz de darte cuenta de la cantidad de cualidades potenciales que hay dentro de ti. Entonces te entran ganas de convertirte en bruja.
Una bruja es una persona con poder personal. Las brujas sabias dicen la verdad con compasión y no comulgan con lo que no les gusta, pero no tienen la rabia de las mujeres más jóvenes.
Algunos hombres excepcionales pueden llegar a ser brujas, los que tienen compasión, sabiduría, humor y no están supeditados al poder.
Las brujas sabias son capaces de mirar hacia atrás sin rencor ni dolor. Son atrevidas, confían en los presentimientos, meditan a su manera, defienden con firmeza lo que más les importa, deciden su camino con el corazón, escuchan su cuerpo, improvisan, no imploran, ríen y tienen los pulgares verdes.
Quiero decir que tienen mano con las plantas. Y también con los animales. Primero aprenden a amar lo que hacen, luego alientan a otros al crecimiento. Saben reconocer lo frágil y lo que tiene valor y también lo que debe ser podado.
-Cuanta más edad, más camino aprendido. La observación compasiva de la vida de los demás te enseña mucho y las mujeres sabias se pasan mucho tiempo observando. Algunas mujeres, muy pocas, son sabias a partir de los 30 o 35 años. Ésas a los 60 son increíbles.
Las mujeres tienen la oportunidad de cambiar el mundo en las próximas décadas. Pero que si no lo hacen ya, probablemente ya no lo harán.
Tras el extremo feminismo de los 70, ahora el péndulo se haya en el centro por eso tenemos que aprovechar este momento. Las mujeres que se lo permiten pueden hoy llegar al equilibrio, a ser completas, fuertes y vulnerables al mismo tiempo.
Por supuesto. No tengo la menor duda de que un pequeño grupo comprometido puede cambiar el mundo. En realidad, así ha sido hasta ahora.
Yo aliento a las mujeres a formar círculos que tengan un componente espiritual. Simplemente escuchando los problemas, anhelos y miedos de otras mujeres y contando los tuyos, adquieren fuerzas.
Cuando uno está sentado en círculo y en silencio, se da cuenta de que hay una conexión espiritual con poder transformador. Yo pertenezco a uno desde hace 18 años: encendemos una vela, guardamos silencio, contamos lo que nos preocupa, debatimos y juntamos nuestras energías con un propósito.
La espiritualidad, la física cuántica y el budismo dicen lo mismo: Todo y todos estamos interconectados y por tanto, lo que cada uno haga influye en el mundo.
Entre mujeres hay una conexión natural. Algunos estudios evidencian que cuando una mujer que sufre estrés habla con otra mujer, ambas liberan la hormona de la maternidad que provoca que el estrés descienda.
Si las mujeres estuvieran implicadas en los procesos de paz, todo sería más fácil.
Estamos llenas de recursos poderosísimos a los que no prestamos atención, como por ejemplo el conocimiento intuitivo. Estos conocimientos se pueden desarrollar en los círculos.
Por eso: sea auténtica, sea consecuente con su persona interior y averigüe qué quiere hacer con su preciosa vida. Desde fuera intentarán contestar por usted a las preguntas esenciales, no lo permita.
Una bruja es una persona con poder personal. Las brujas sabias dicen la verdad con compasión y no comulgan con lo que no les gusta, pero no tienen la rabia de las mujeres más jóvenes.
Algunos hombres excepcionales pueden llegar a ser brujas, los que tienen compasión, sabiduría, humor y no están supeditados al poder.
Las brujas sabias son capaces de mirar hacia atrás sin rencor ni dolor. Son atrevidas, confían en los presentimientos, meditan a su manera, defienden con firmeza lo que más les importa, deciden su camino con el corazón, escuchan su cuerpo, improvisan, no imploran, ríen y tienen los pulgares verdes.
Quiero decir que tienen mano con las plantas. Y también con los animales. Primero aprenden a amar lo que hacen, luego alientan a otros al crecimiento. Saben reconocer lo frágil y lo que tiene valor y también lo que debe ser podado.
-Cuanta más edad, más camino aprendido. La observación compasiva de la vida de los demás te enseña mucho y las mujeres sabias se pasan mucho tiempo observando. Algunas mujeres, muy pocas, son sabias a partir de los 30 o 35 años. Ésas a los 60 son increíbles.
Las mujeres tienen la oportunidad de cambiar el mundo en las próximas décadas. Pero que si no lo hacen ya, probablemente ya no lo harán.
Tras el extremo feminismo de los 70, ahora el péndulo se haya en el centro por eso tenemos que aprovechar este momento. Las mujeres que se lo permiten pueden hoy llegar al equilibrio, a ser completas, fuertes y vulnerables al mismo tiempo.
Por supuesto. No tengo la menor duda de que un pequeño grupo comprometido puede cambiar el mundo. En realidad, así ha sido hasta ahora.
Yo aliento a las mujeres a formar círculos que tengan un componente espiritual. Simplemente escuchando los problemas, anhelos y miedos de otras mujeres y contando los tuyos, adquieren fuerzas.
Cuando uno está sentado en círculo y en silencio, se da cuenta de que hay una conexión espiritual con poder transformador. Yo pertenezco a uno desde hace 18 años: encendemos una vela, guardamos silencio, contamos lo que nos preocupa, debatimos y juntamos nuestras energías con un propósito.
La espiritualidad, la física cuántica y el budismo dicen lo mismo: Todo y todos estamos interconectados y por tanto, lo que cada uno haga influye en el mundo.
Entre mujeres hay una conexión natural. Algunos estudios evidencian que cuando una mujer que sufre estrés habla con otra mujer, ambas liberan la hormona de la maternidad que provoca que el estrés descienda.
Si las mujeres estuvieran implicadas en los procesos de paz, todo sería más fácil.
Estamos llenas de recursos poderosísimos a los que no prestamos atención, como por ejemplo el conocimiento intuitivo. Estos conocimientos se pueden desarrollar en los círculos.
Por eso: sea auténtica, sea consecuente con su persona interior y averigüe qué quiere hacer con su preciosa vida. Desde fuera intentarán contestar por usted a las preguntas esenciales, no lo permita.