Nos dijeron que no querías ser negro, que eras raro, excéntrico y que tenías gustos «perversos».
No nos hablaban de tus obras benéficas a niños, intentando así llenar ese espacio vacío que te dejó tu infancia robada.
No nos hablaban de tus obras benéficas a niños, intentando así llenar ese espacio vacío que te dejó tu infancia robada.
No nos hablaban del respeto que sentías por tus fans.
Ni de lo unido que estabas a tu madre, hermanos y amigos.
De cuánto te adoran tus hijos y cuánto los adoraste tú a ellos.
No nos hablaban de ti.
Hoy deseo que Dios exista para que exista el cielo y tú estés ahí ahora.
Gracias por habernos brindado el honor de haberte conocido. Hasta siempre, Jacko.
Neuss Navarro
Título original La muerte de Michael Jackson