Analizando la composición del Tarot a la luz de la teoría que indica que María Magdalena escribió su evangelio creando los arcanos mayores del Tarot de Marsella y que, por ser un documento perseguido, alguien lo entregó a los gitanos para que lo cuidara mezclándolos con sus cartas de adivinar, quedaría explicado el porqué tanta diferencia en la interpretación de una y otra parte del mazo, cuyo uso a sufrido varias transformaciones en el tiempo, estando hoy en día en una fase que considero de recuperación, ya que cada vez mas oímos que, se está tratando de recordar el sentido olvidando la adivinación.
El Universo se compone de cuatro elementos naturales: Fuego, Tierra, Aire, Agua cuales se asocian a cada uno de los ámbitos de la vida.
Fuego es la energía que puede presentarse de diversas formas, la chispa iniciadora, la llama encendida y los rescoldos que mantiene el calor una vez culminada la faena, ánalogía tanto con el ser interior como con las acciones cotidianas.
Tierra representa los intereses y bienes materiales, lo tangible, el apego, tiene que ver con el dinero que tenemos, con lo que hacemos para producirlo, por tanto con los éxitos y fracasos. Es la necesidad de seguridad material y física.
Aire nos habla de la mente, de lo racional, de lo intelectual, de las relaciones comerciales, interpersonales y amistosas. Es la comunicación, el intercambio, el pensamiento y la creación y
Agua incluye el mundo de las emociones: sentimentales, viscerales e intuitivas.
En el ciclo de la existencia Tierra es el sostén, Fuego el poder transmutador, Aire alimenta al Fuego: es puro pensamiento, el Aire puede calmar o alborotar el Agua cual apaga el Fuego.
Tierra está representado por los Oros, Agua por las Copas, Aire por las Espadas y Fuego por los Bastos.
Namaste
susana colucci
Tomado del curso Aprendiendo a leer el Tarot. Están abiertas las inscripciones, si quieres información acerca de precios y requisitos escríbeme a horoscopia2000@yahoo.es