"La forma era claramente la del contorno de un barco" aseguró en el diario The New York TimesMichael Pappalardo, un arqueólogo que trabaja con la Autoridad Portuaria de Nueva York documentando todo lo que va apareciendo en lazona cero y que estaba en el área cuando los obreros le alertaron. Según todos los indicios, el barco, de casi diez metros de eslora, podría haber sido utilizado como relleno para arrancarle espacio al río Hudson al sur de Manhattan hace unos 200 años.
Un ancla de unos 50 kilos fue encontrada el miércoles a pocos metros de donde aparecieron los restos del navío, que según The New York Timesincluso podría llegar a tener nombre, puesto que mapas antiguos de Nueva York indican que en las cercanías de donde se halló el barco había, hacia finales del siglo XVIII, dos muelles, el Lake y el Lindsey. No obstante, los diferentes arqueólogos que acudieron el martes a la zona cero y que desde entonces trabajan a mano para tratar de rescatar los frágiles restos del barco prefieren no avanzar demasiado hasta que estos sean analizados en los laboratorios.
Durante los últimos dos siglos el barro ha protegido los restos del navío pero al dejarlo al descubierto, el contacto con el oxígeno tiene un efecto devastador sobre la madera, que se deteriora rápidamente. De ahí que un equipo de arqueólogos se haya trasladado a la zona para tratar de conseguir el máximo de información sobre el artefacto antes de que la madera comience inevitablemente a romperse.
Fuente: elpais.com