Después de hacer girar los tobillos por varios minutos, me sentí más fresca, pero tenía los pies casi congelados.
-Ahora trata de sentir cómo toda tu tensión fluye hasta tus pies, y luego sácala con un rápido movimiento lateral de los tobillos ‑indicó Clara‑. Así también se te quitará el frío.
Me puse a mover los pies de lado en el agua hasta que los sentí completamente entumidos.
‑No creo que esto esté funcionando, Clara -dije al sacar los pies.
-Eso es porque no estás dirigiendo la tensión hacia afuera de ti ‑explicó‑. El agua corriente se lleva la fatiga, el frío, la enfermedad y cualquier otra cosa indeseable, pero a fin de que esto suceda debes enfocar tu intento en ello. De otro modo podrás mover los pies de lado hasta que el arroyo se seque, sin resultado alguno.
Agregó que al hacer el ejercicio en la cama, uno debía usar la imaginación para representarse mentalmente una corriente de agua en movimiento donde sumergir los pies
Del libro "Donde cruzan los brujos" de Taisha Abelar .
Gracias Mirta