Los pensamientos son ondas de energía muy sutil que se desplazan por el aire
a increíble distancia y gran velocidad, los pensamientos se mueven en nosotros, de manera inevitable, en cada inhalación y exhalación, pensamientos ajenos y propios. De esta manera hago mi aporte a la masa de
aire circundante y contribuyo a enriquecer o a ennegrecer aún más con mis
limitaciones actuales, a esto se le llama el "inconsciente colectivo" La masa de información circundante, contenida en el aire que respiramos, implica que haya "inconsciente colectivo" familiar, organizacional, local, regional, etc. Y, sobre todo apoyado por el desarrollo tecnológico de los medios de comunicación, el inconsciente colectivo planetario, o universal.
La respiración, sinónimo de vida y de lejos la más importante función corporal, es, entonces, el principal medio por el cual intercambiamos información entre el mundo externo y nuestro mundo interno. Esa portentosa cantidad de información de muy diferente nivel vibratorio, de frecuencias de onda variadísimas, recibida con el aire que ingresamos en cada inhalación, la "seleccionamos" de acuerdo a nuestros pensamientos (emociones, sentimientos, o razonamientos), a nuestras creencias en general y, sobre todo, a nuestras actitudes.
El cerebro es sólo la herramienta física que utiliza la mente. La mente, nuestro primer archivo no físico, es un cuerpo sutil que cubre todo el cuerpo y hasta sus "auras". Por lo tanto, eventos bioquímicos y biofísicos, emociones sentimientos y razonamientos, todos se convierten en pensamientos.
Aún así sólo un escaso 5% de los pensamientos de mi mente son propios: es decir totalmente autónomos, producidos por mí, y de estos, la mayoría son simple procesamiento de las impresiones sensoriales, o sea, de lo que pienso de lo que percibo por mis cinco sentidos físicos.
Con motivo del drama en Nueva York, transmitido a todo el mundo en vivo y en directo a través de la televisión, jamás en la historia de la presente civilización terrícola tantas personas han estado simultáneamente pensando y, ante todo, procesando pensamientos con lo mejor que pueden y lo mejor que saben -siempre todos hacemos eso- sobre un mismo tema. ¡Estamos respirando odio, venganza, confusión y muchísimo miedo, en abrumadoras cantidades!! Si no hacemos nada con ello, nuestra energía vital se baja al piso, produciendo primero que todo oscuridad mental, y luego, angustia, enfermedad, malas relaciones, miseria, etc.
Sin embargo, y por la perfección de nuestro diseño, hay remedio -individual- al alcance de cualquiera que quiera remediarlo, para la "oscura e inquieta tiranía" mental. Esa mente humana poderosa antes descrita es no obstante muy similar a un receptor de radio, y los pensamientos respirados, de naturaleza vibratoria, son ondas -repito-, como tales tienen una frecuencia determinada.
El punto donde quería llegar es que es sólo cuestión de decisión personal y de actitud, sintonizar en mi mente Amor Estéreo o Caos F.M. ¡La frecuencia de recepción la escojo yo! Tengo el control del dial… Y nadie, absolutamente nadie, puede hacer eso por mí. Así funcionan las cosas, nos guste o no.
El mecanismo de sintonía se llama no admitir sino Pensamientos Puros. Se llaman Pensamientos Puros, aquellos que producen paz interna, y hay de dos clases: pensamientos de satisfacción que son los que pienso para excluir de mi mente todo aquello que, no comprendiéndolo, no trato de digerirlo. Son, por ejemplo, bellos recuerdos o visualizaciones estupendas para mí y mis seres queridos. La otra clase, que implican una frecuencia mucho más elevada que los anteriores, se llaman pensamientos de amor. Esos requieren de muy buena información y bastante Armonía y Belleza Interiores, ya que consisten en ver perfecto todo lo externo, así todo sea un "desastre". Para poder tenerlos hay que tener aparte de información de primera, muy bien establecida la diferencia entre los duales y traicioneros sentimientos que producen el drama y el sufrimiento del ser humano y el Amor Comprensión, que no es -en absoluto- algo sentimental…
El verdadero significado de la famosa alquimia, era el de un proceso absolutamente mental: el de un hombre que había alcanzado, mediante el entrenamiento interno y con buena información, convertir el más denso (plomo) pensamiento que a su mente llegara, en oro puro, o sea, encontrar en todo un profundo propósito de amor. No creer en Dios, sino llegar a Verlo y Sentirlo en todas partes.
Lo que se llama "algo misteriosamente", estar o ser iluminado, es que gracias a la paz interior invulnerable, que no es espontánea sino resultado de un entrenamiento, la energía vital sube, literalmente, y sube y sube hasta hacer algo que se representa con la aureola de la iconografía de los santos. La persona, cualquiera de nosotros, en ese estadio, aumenta la finura de su dial y empieza a conectar las mejores emisoras, los pensamientos de las dimensiones superiores… Los pensamientos de Dios.
El mencionado entrenamiento comienza con aprender el manejo y los beneficios del Pensamiento Puro.
No existe receptor más poderoso que la mente humana, una maravilla capaz de captar diversas señales de diferentes dimensiones, originadas en cualquier lugar del universo o procedentes de otras mentes, además de las señales de los propios mundo interno y cuerpo físico. Todo esto nuestra mente lo traduce en pensamientos. No obstante la variedad de sus calidades y orígenes, los pensamientos que pasan por tu mente pueden ser de dos categorías: agradables ó desagradables.
Los agradables generan paz interna, así los reconocemos, los podemos llamar pensamientos puros. Los desagradables, entonces son pensamientos impuros que distinguimos fácilmente ya que, en vez de paz, nos generan conflicto o malestar interno.
¡Tú no eres tus pensamientos! Sin embargo, ellos generan en ti características positivas o negativas. Observar los pensamientos sirve para seleccionarlos conscientemente, desechando aquellos que no sean puros.
Cuando pensamos sin observar qué pensamos ni cómo pensamos, es decir, en automático o como autómatas, el pensamiento nos esclaviza.
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