¡Cada día! Yo lo hago.
¿Y qué notaría?
Incontables beneficios.
Dígame sólo tres.
Uno, tu piel estará más sana y bella, tu cabello lucirá fuerte y lustroso.
Dos.
Regulará tu peso: si padeces de sobrepeso, adelgazarás; si tienes bajo peso, engordarás. Te esculpe, y es muy diurética. ¿Y eso? Es un regulador metabólico, de tal modo que depura sobras y cubre carencias.
Y tres.
Ante un colesterol malo elevado, lo disminuirá: la avena actúa como una escobilla arterial. ¡Y aumentará el colesterol bueno!
Diríase que la avena es la panacea.
“Alimento específico para la salud”, lo define la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense): ¡es casi el alimento óptimo! Las investigaciones confirman las virtudes salutíferas de la avena... lo que ya sabía la cultura popular.
¿Por ejemplo?
Viejos dichos germánicos como Hafer macht Männer stark (la avena vuelve a los hombres de hierro) y Dar Hafer sticht (la avena te acelera) son ciertos: la avena es una riquísima fuente de energía y vitalidad.
¿Por qué?
Por su completísima combinación de proteínas (tiene siete de los nueve aminoácidos esenciales para la vida), grasas, hidratos de carbono (de absorción lenta: libera energía durante horas), minerales (¡destaco la generosa presencia de sílice!) y vitaminas B y E.
¿Por qué me destaca el sílice?
El sílice es un superconductor y nutre el tejido conectivo humano, beneficia articulaciones, sistema nervioso y la electrobioquímica del organismo: los que toman avena notan mejoras en sus facultades memorísticas...
¿Podría citar tres beneficios más?
¡Y más! Uno: protege el intestino con sus sustancias mucilaginosas y enriquece su flora, aliviando estreñimientos y diarreas. Dos: prepara para un sueño más reparador. Y tres: estimula la libido.
¡Alegría!
Sow your wild outs (esparce tu avena silvestre) es un dicho inglés acuñado al observar que los caballos más fogosos sexualmente eran los que comían avena silvestre.
Pero yo no soy un caballo.
Funciona igual, ¡lo certifico! Mi pareja a veces tiene que decirme: “¡Deja de tomar avena por unos días, anda...!”, ja, ja.
Ejem... y ¿dónde la venden?
¡Debería venderse en farmacias! La encuentras en todas partes: yo uso copos de avena de cultivo ecológico. Los copos son granos de avena enteros aplastados: contienen todos los nutrientes, es un alimento integral.
¿Desde cuándo se consume avena?
Al menos desde la edad de bronce. El diccionario Webster’s dice: “Cereal con que se alimentan los hombres en Escocia y los caballos en Inglaterra. Por eso Escocia proporciona los más bellos ejemplares humanos e Inglaterra los más hermosos caballos”.
Elija una virtud de la avena.
Su alto poder energético: la gran vitalidad y vigor que proporciona. ¡Tómela cada día!
¿Cómo la toma usted?
En cena y desayuno. Mi desayuno: tres cucharadas (soperas) de copos de avena, un limón exprimido, media manzana rallada y medio yogur natural. Al gusto, pasas, frutos secos, frutas... Existen mezclas muy ricas.
¿Y la cena?
Una cremita de avena, ¡deliciosa! Mi favorita: hiervo a fuego lento, en medio litro de agua, tres cucharadas soperas colmadas de copos de avena, y añado puerros. O zanahorias. O puntas de espárrago.O espinacas, o... Lo paso por el túrmix. Si la quieres muy, muy fina, colador. Chorrito de aceite. ¡Y en diez minutos tienes una cena sabrosísima y sanísima! Y verás qué bien duermes...
¿Y si soy celiaco?
La avena es el cereal más tolerado por celiacos... aunque contiene gluten, claro.
¿Y para los niños?
¡Es fabulosa! Refuerza su inmunidad, y además les ayuda a concentrarse: si la dieta infantil incluyese siempre avena, ¡seguro que descendería el índice de fracaso escolar!
Esto ya es tener fe en la avena...
Por otra parte, los pediatras ya aconsejan a muchos niños beber leche de avena en vez de leche de vaca, por las intolerancias a la lactosa, las alergias... La leche de avena es la mejor de las leches vegetales, y puedes tomar los copos de avena en leche de avena.
¿Cómo descubrió usted las maravillas de la avena?
Me formé en Alemania como médico naturista. Me especialicé en ayunos y advertí que la monodieta de avena permitía resistir al ayunador sin desnutrición incluso durante 21 días. ¡Y encima ganaban salud!
Cuénteme el testimonio de algún paciente suyo.
Una señora con sobrepeso iba a operarse la rodilla (condopatía roduliana), pero la avena la adelgazó y los antiinflamatorios de la avena hicieron el resto: ¡evitó la cirugía! Otro paciente perdió doce kilos en cuatro meses, su colesterol bajó de 346 a 215, normalizó la tensión arterial y empezó a dormir bien. Y encima mejoró su líbido.
Bingo.
Ah, y la avena debería incluirse en las dietas de todos los hospitales: refuerza el organismo ante cualquier tratamiento y acelera las recuperaciones postoperatorias.