Pero si nos dejamos invadir por su sufrimiento no la ayudaremos, porque estaremos paralizados y corremos el riesgo de hundirnos con dicha persona.
Con nuestra simpatía y compasión, ¿creemos que podemos calmarla? Sí, por un instante quizás, pero poco tiempo después las quejas vuelven a empezar y esto puede seguir así, durante toda la vida. Esta persona se sentirá satisfecha de que siempre estemos ahí dispuesto a compartir su sufrimiento; pero no por esto, se sentirá mejor.
Y nosotros ¿en qué estado estaremos? Si queremos ser útiles a alguien, no permitamos que su preocupación nos penetre. Mantengámonos lucidos, calmados y sólidos; ésta es la única forma, de ayudar a salir a dicha persona de su estado. Sólo podremos ayudarle, oponiendo una cierta resistencia."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Publicación realizada gracias a Jorge E. Morales H.