El dolor, la austeridad, la soledad, las crisis, nos aportan sus aprendizajes, la alegría, el gozo, el contento también son maestros que necesitamos escuchar.
Para lograr convertirnos en seres más completos y auténticos, hay que lograr el equilibrio entre el gozo y el dolor, entre la restricción y la expansión, entre lo racional y la sensualidad consciente.
La palabra contento viene del latín "contentus", significa etimológicamente "sentirse contenido", cuando el alma se siente contenida por el todo.
Sentirse alegre es más que un estado, es un modo de estar en el mundo, una actitud. El estado de gozo tiene la condición de venir por sí misma. Es una actitud de vida que se puede ir cultivando intencionalmente. No se trata de resignarse o ser conformista.
Forzarnos a sentirnos contentos aturdiéndonos para evitar el desacuerdo, sentir el dolor o la sensación de pérdida, es contraria a la aceptación de sí mismo como se es y opuesta al cultivo de la amistad consigo mismo.
Tampoco es sano negar nuestras emociones, reprimirlas generará más de lo mismo y pulsarán por ser expresadas de algún modo.
Uno de los obstáculos, que no nos permite hacer contacto con el gozo, es el apego, porque en vez de buscar ser parte del todo, procuramos poseer pretendiendo controlar todo lo que nos produce gratificación. Entonces nos aferramos a lo pasajero y es ahí donde empieza la rueda del deseo y el dolor.
Nuestro apego a lo que nos da alegría, placer, disfrute, se manifiesta en el día a día, generando dependencia, displacer, infelicidad. La idea no es luchar contra esos mecanismos. Observa con respeto y gentileza, si has caído en la trampa, si sientes ansiedad por querer más, mira si tus expectativas han sido frustradas y si sientes miedo de que lo bueno se acabe. Esto te puede ayudar a, tomar conciencia, a ver cómo lo haces, convirtiéndote en el observador de este mecanismo, consiguiendo así desactivarlo o disminuir su efecto.
Otra forma de conectarse con la alegría está en el agradecimiento. Haz una lista de todas las cosas o las personas con las que te sientes agradecido/a y observa qué sientes al hacerlo.
Probablemente conoces a alguien a quien consideres sabio, dotado de una inteligencia sensible provista de flexibilidad, con sentido del humor, capaz de soltar lo que se está yendo y con capacidad de adaptarse a lo que viene.
Ejercitar la actitud de contento es como convertirse en un surfista, que se monta en la ola, conservando el equilibrio ante los hechos de la vida, andando con naturalidad por los ciclos que ella nos presenta, los de
abundancia y de merma, de compañía y de soledad. No poner resistencia a lo que la vida nos presenta nos evita el desgaste inútil y nos permite encontrar oportunidades donde una mente cerrada solo consigue dificultades.
Atrévete a recuperar adultamente la capacidad de vibrar como cuando eras un niño, con la conciencia amplificada por la experiencia.
María Eugenia Gascue Schwarts
@marugascue
marugascue@gmail.com
Título original ¿De quién depende sentirme contento/a? -
Fuente: Opinión - EL UNIVERSAL
Colaboradora: Elizabeth Genesca