Si los humanos quisieran comprender bien que en su organismo psíquico se
producen los mismos fenómenos que en su organismo físico; esto sería ya, un
progreso.
Saben que si respiran aire contaminado y si comen un alimento malo,
introducen en su organismo impurezas que éste no consigue eliminar; los
intercambios no se realizan, correctamente con las fuerzas de la naturaleza.
Del
mismo modo, si no vigilan sus pensamientos, sus sentimientos y sus actos,
introducen impurezas en su organismo psíquico; tales impurezas forman una
pantalla opaca que evidentemente cortan las comunicaciones con el mundo Divino..
Aquellos que se quejan: «Yo rezo, pido ayuda al Cielo, pero no recibo ninguna respuesta», que empiecen por aceptar esta: El mundo Divino les envía constantemente mensajes, pero deben prepararse para recibirlos.
Y prepararse significa mejorar su manera de vivir trabajando sobre
sus pensamientos, sus sentimientos y sus actos con el fin de
purificarlos.