Siendo criaturas todos tenemos necesidad para subsistir, de recibir elementos de la creación: El alimento, el agua, el aire, el Sol, etc. Así como de utilizar, todas las riquezas que puede suministrarnos la materia.
Sólo el Creador, escapa a esta ley: No tiene necesidad de nada exterior a Él. Sí, pero como ha dejado algo de su quintaesencia en cada criatura, una chispa o un espíritu que es de la misma naturaleza que Él; por su espíritu, cada ser humano puede, él mismo, convertirse en creador.
Así pues, a partir de ahora pensemos en ello.
En lugar de esperarlo siempre todo del exterior, esforcémonos en actuar desde el interior, mediante nuestro pensamiento y voluntad; con el fin de captar el mayor número de elementos, de los cuales tenemos necesidad para alimentarnos física y psíquicamente.
La enseñanza de los Iniciados ha sido siempre la enseñanza del espíritu creador; y aquel que acepta ésta enseñanza será siempre fuerte y libre, por encima de las circunstancias.