Un rostro tranquilo y palabras amables, constituyen una de las prácticas de la compasión. Esto significa que; cuando estamos con alguien, debemos mantener un aspecto amable y expresarnos con cordialidad y simpatía.
Los sentimientos de una persona siempre se reflejan en su cara. Se expresan en un rostro sonriente, un rostro enfadado, un rostro lloroso, un rostro entristecido, un rostro gozoso o uno melancólico.
En verdad, el aspecto de una persona cambia de mil maneras; y refleja, las variadas fases de la vida. La caridad reflejada en un rostro lleno de paz; es una de las prácticas que se denominan siete maneras de dar, que no requieren tener riqueza.
Nada hay tan reconfortante para nosotros, como un rostro apacible. Es verdad, el rostro es sólo una parte de la cabeza y forman parte de él los ojos, la nariz y la boca. También las orejas se orientan hacia el frente. El rostro cumple su función sólo en una dirección; es inútil en las otras tres direcciones (Izquierda, derecha y atrás), a no ser que se vuelva toda la cabeza. Tomando todo esto en cuenta; y con el fin de expresar la compasión de Buda y de los bodhisattvas de un modo concreto, los budistas llegaron a confeccionar esculturas con rostros que miran simultáneamente en todas las direcciones como por ejemplo el Kwannon, de once rostros.
Yehan Numata
Los sentimientos de una persona siempre se reflejan en su cara. Se expresan en un rostro sonriente, un rostro enfadado, un rostro lloroso, un rostro entristecido, un rostro gozoso o uno melancólico.
En verdad, el aspecto de una persona cambia de mil maneras; y refleja, las variadas fases de la vida. La caridad reflejada en un rostro lleno de paz; es una de las prácticas que se denominan siete maneras de dar, que no requieren tener riqueza.
Nada hay tan reconfortante para nosotros, como un rostro apacible. Es verdad, el rostro es sólo una parte de la cabeza y forman parte de él los ojos, la nariz y la boca. También las orejas se orientan hacia el frente. El rostro cumple su función sólo en una dirección; es inútil en las otras tres direcciones (Izquierda, derecha y atrás), a no ser que se vuelva toda la cabeza. Tomando todo esto en cuenta; y con el fin de expresar la compasión de Buda y de los bodhisattvas de un modo concreto, los budistas llegaron a confeccionar esculturas con rostros que miran simultáneamente en todas las direcciones como por ejemplo el Kwannon, de once rostros.
Yehan Numata
Autor del libro The Teachings of Buddha The Buddhist Bible