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El poder está ahí, dentro de cada uno: somos Dioses.

Fueron Adan y Eva que a la pregunta de la culebra “¿quieren ser como Dios?” ...
¿Qué pasaría si nos remontáramos al Génesis y recordáramos, tal como Jesús, Sidharta y Kishna lo hicieron, que Dios nos creó a su imagen y semejanza?
¿Eso qué quiere decir? Qué Dios tiene figura de hombre? No creo.
Pienso que quiere decir que somos lo que él es: Amor. Todopoderosos. Uno.
Por eso somos semejantes, todos nacemos con el mismo bagaje de potencialidades, listas ahí para ser activadas o desarrolladas. Sólo se requiere el esfuerzo personal de cada uno y encontrar los factores activadores necesarios para lograrlo. Nacimos libres de hacerlo o no. Y tenemos la instrucción que nos indica qué hacer “El que busque encontrará”.

Fueron Adan y Eva que a la pregunta de la culebra “¿quieren ser como Dios?” dijeron que sí, dejando de reconocer que ya lo eran… El pecado no fue tomar la manzana… no hubo pecado original, sólo olvido.
El ser humano olvidó, se sintió desigual, pensó que otros podían tener más que él, ya no vio al prójimo como semejante sino como alguien en quien sólo podía confiar si conocía y a veces ni así y, permitió que otros y las circunstancias rigieran su vida, diciéndole qué debía y qué no debía hacer. Juzgó. Se sintió pobre, perdió los valores… Como resultado de esto se confundió, no entendió porqué le pasaban cosas que le disgustaban y en la búsqueda de la solución empezó a dividirse, a pensar que era más de uno: cuerpo, ego, alma, papá, mamá, jefe, enemigo… y nada que ver con Dios. El en el cielo y nosotros en la tierra.
Y así se desarrolló el caos, y cuando el hombre quiso recuperar lo perdido lo buscó fuera de sí, acuso a otros de esclavizarlo, de quererlo dominar, se agrupó para pelear por sus derechos apelando a la violencia, pensando que así lo recobraría. Todo enfocado hacia lo material, sin darse cuenta que la verdadera solución debemos buscarla dentro de cada uno de nosotros. Ahí está el Reino.
Una vez que el hombre se dé cuenta que el poder está ahí, dentro de cada uno, que no depende de lo material , ni de la mente, que es el alma hecha a imagen y semejanza de Dios y que eso es lo que tenemos que ver en cada quien, entonces el mundo cambiará. Recordaremos que todos somos Dioses uno con el Creador. No habrá nada que juzgar porque el que es semejante a Dios es perfecto.
Es por eso que lo más importante es dejar descansar la mente, vivir el ahora, descartar viejo acuerdos y dale el control a la Divinidad que en ti reside. Haz todo lo que sea necesario para lograrlo, medita, lee, repite mantras, practica rituales, ora… sé perseverante y harás realidad todos tus deseos sólo con pensarlos.
Namaste
susana colucci
@horoscopia



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