![]() |
y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron... |
Hay que notar que la semana no está anunciada como la mejor de las que hemos vivido hasta ahora, porque coincide que entre martes 22 y jueves 23 Sol y Marte cambian de signo, y que el domingo 27 veremos en casi todo el mundo una Súper Luna roja (eclipse total de la luminaria de la noche mientras esta está en su punto más cercano a la Tierra o perigeo), es la última de la serie de cuatro que comenzó en abril de 2014 y a las que se refiere Hadgge en su libro.
Entre los anuncios hay catástrofes naturales, como sismos, impacto de asteroides, Tsunamis… que muchos los asocian con la cercanía de la Luna, no entiendo porqué, ya que eso ocurre todos los meses.
Por otro lado dejó claro la NASA en un comunicado que “No hay evidencia existente de que un asteroide o cualquier otro objeto celeste esté en una trayectoria con la Tierra… De hecho, ni uno solo de los objetos conocidos tiene alguna posibilidad creíble de impactar contra nuestro planeta durante el próximo siglo. No hay ninguna base científica, ni una pizca de evidencia, que un asteroide o cualquier otro objeto celeste impacte contra la Tierra en esas fechas.”
Tampoco sabemos si lo anunciado corresponde al sismo que ya ocurrió en Chile la semana pasada, venciendo la probabilidad de ocurrencia de otro esta semana.
Lo que tengo que admitir es que Marte cambiando de signo es agorero, más aún antecedido por Sol en esa misma situación y porque solo se ve, en los horóscopos de esos días, un planeta en positivo, por lo tanto la recomendación es que extremes la prudencia.
Los vaticinios antes mencionados se asocian con Hechos 2:20 “El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto”; (personalmente lo único que advierte esto es que estemos pendiente porque de los muchos eclipses que hay con estas características, uno será seguido por la aparición de un avatar).
Y con Apocalipsis 6:12-13 que dice así “Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento”.
Esta es la cronología de la que hemos sido y seremos testigos:
Domingo, 13 de septiembre: eclipse parcial de Sol
Miércoles, 16 de septiembre: Terremoto en Chile
Domingo, 27 de septiembre: eclipse total de Luna llamada Luna de “sangre” porque la luminaria se verá roja.
Miércoles, 21 de octubre: lluvia de estrellas Oriónidas
El detalle está en que esta vez Sol no se puso negro como cilicio… solo parcialmente negro, así que al menos no serán estas dos profecías las que coincidan con lo que pudiera pasar esta semana.
Vale la pena recordar que el eclipse de Luna roja de abril 2015 se asoció a una profecía del evangelista Lucas (21,25), “Habrá señales en el Sol, en la Luna y en las estrellas; y en la Tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas”. Y en esa oportunidad la luna de “sangre” fue antecedida por un eclipse de Sol, seguido de una lluvia de estrellas y el mar se manifestó en Centro y Suramérica entre el 2 y el 3 de mayo del mismo año con olas que superaron los cuatro metros…”
Termina la profecía de Lucas 21: “entonces verán al Hijo del hombre, que vendrá en una nube con potestad y majestad grande. Y cuando estas cosas comenzaren a hacerse, mirad, y levantad vuestras cabezas, porque vuestra redención está cerca”.
Y díjoles una parábola: “Mirad la higuera y todos los árboles: Cuando ya brotan, viéndolo, de vosotros mismos entendéis que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, entended que está cerca el reino de Dios”.
Por tanto, aun cuando sí nos encontramos en algún punto de la Apocalipsis, no creo que seamos testigos del fin del mundo… sino más bien estamos en los tiempos de la aparición de un grande y de un evento que nos hará recordar la realidad que significa ser la Divinidad que en todos reside. No “el principio del fin” , sino el principio del cambio mundial.
Es Apocalipsis una historia difícil de entender pero que está llena de buenas nuevas, entre ellas la desaparición de la faz de la tierra del comunismo.
Namaste
susana colucci
@horoscopia