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Ahondando en lo que representa la generación Piscis, en vista que estamos recibiendo su energía durante gran parte del día y de la noche, recordemos que lo recomendado es que culminemos lo que tengamos pendiente, cerremos los ciclos que haya que cerrar (dejar ciclos abiertos es un impedimento para avanzar), planifiquemos lo que queremos hacer a partir del 20 de marzo 2020, y realicemos las visualizaciones que nos ayudarán la obtención de nuestros deseos.
Son días en los que se facilita el contacto con la Divinidad y el encuentro con la verdad.
Para recoger lo hecho durante el año y despedirse de ello porque un periodo astrológico está por terminar y otro por comenzar.
La naturaleza estará dando los toques necesarios para que inicie una primavera personal para cada quien y para todos… el mes de Piscis es el mes de la fantasía, música y la poesía, bastante en positivo este año porque Neptuno está avanzando en su reino, pero con sus bemoles, porque durante una parte del trayecto lo acompañará Mercurio retro y en otra se acercará a Sol hasta "verse a su lado", lo que recuerda la historia de Ícaro y sus alas de cera.
Su símbolo son dos peces nadando en direcciones opuestas mientras el uno muerde la cola del otro. Representa los mundos que son inseparables aun siendo contrarios. Los dos peces de Piscis encontrados y unidos por la boca representan al símbolo oriental del Ying y el Yang. El Todo en equilibrio.
Es especial, porque en el uno a uno se corresponde con dos de los mamíferos marino, el delfín y la ballena, estos animales aun siendo de los que viven en la tierra no deben estar fuera del agua.
Los astrólogos de la antigüedad notaron que cuando sucedía algo confuso, oculto o turbio Piscis de alguna forma estaba presente… y quizás por eso no se pusieron de acuerdo para asignarle una correspondencia mitológica; en algunos legados se lo ve relacionado con Derceto diosa que tiene una historia bastante truculenta y que fue convertida en sirena cuando se quiso quitar la vida arrojándose al mar.
En otras con los delfines que envió Poseidón a buscar a Anfítrite, quien era su prometida, pero le daba vergüenza, por ello se escondió en lo más profundo del océano. En esa época el mejor premio era ser convertido en estrella y eso fue lo que hizo el dios, con los fieles mamíferos del mar, cuando cumplieron su misión.
Otra versión dice que Piscis puede asociarse con Afrodita (el amor) y su hijo Eros (el deseo), que se arrojaron a un río para escapar del Tifón el gigante y al caer al agua se convirtieron en peces.
También se asocia con las sirenas y tritones, considerados genios marinos con torso y cabeza de humano y cola de pez. Las sirenas residían en una isla del Mediterráneo cerca de Sicilia (Italia) y atraían con su irresistible canto a los navegantes para devorarlos. Los únicos que lograron pasar ilesos fueron los Argonautas, porque en su barco iba Orfeo, quien con su música tapó la de las Sirenas, salvando así la embarcación.
Y Ulises, que ordenó tapar los oídos de sus marinos con cera mientras él se hizo atar a un mástil, convirtiéndose en el primer hombre el cual, habiendo oído a las sirenas, pudo salir ileso. Las sirenas simbolizan la ilusión, el engaño y el subconsciente.
Lo interesante es que todas las historias pueden ser usadas para inferir las analogías del signo zodiacal que marca el final de la rueda astrológica.
Aprovechemos todo este periodo solar para ahondar en la importancia de actuar con la verdad. Nos dejó dicho Patanjali, maestro yogui, que, si nos afirmamos en la verdad, queda asegurado infaliblemente un resultado positivo de nuestras acciones, pensamientos y palabras, tanto en bien propio como en el de los demás.
Namaste
susana colucci
