Puede ser excelente amigo, alegre y sociable, preferir la paz a la guerra. Dotado de tenacidad y un enorme corazón. A menos que logre el equilibrio, demostrará más inclinación hacia lo material que a lo espiritual.
Además, hay cosas que no se dicen, por ejemplo, el reto de Leo es desarrollar el autocontrol que le permita dominar las emociones. Se equipara con la lucha de Hércules contra el león de Nemea.
Como amante puede llegar a ser una hoguera en pleno apogeo. Son capaces de dominar el arte de la seducción y de inclinarse más por la pasión que el amor.
Por lo general goza de buena salud, pero debe cuidarse la espalda y el corazón.
Cuando de mascotas se trata prefiere aquella que le transmita alegría y lo haga sentir elegante.
Los nacidos al amanecer serán además ascendente Leo lo que los hace ser más Leo que otros. Por lo general bien apuestos y con una sonrisa radiante.
La carta del Tarot que lo representa es La Fuerza
Le dejó dicho Dios, según las alegorías definidas por Martin Shulman: “A ti, Leo, te encargo la tarea de desplegar mi creación, en toda su brillantez ante el mundo.
Pero debes llevar cuidado con el orgullo y recordar siempre que se trata de mi creación, y no de la tuya. Porque si olvidas eso, los hombres se burlarán de ti. Hay mucha alegría en el trabajo que te encargo si sabes hacerlo bien. A cambio te concedo el don del honor”.
Es cauteloso y minucioso cuando se trata de negocios. Tienden a ser mandón.
Sus sabores preferidos los fuertes, sin importarle si amargan… y los chocolates.
Ama las piedras preciosas, el oro y la plata. Le puedes regalar, sin temor a equivocarte, un diamante, pero si no te alcanza el presupuesto, también un ámbar.
Para terminar, tiene un porte digno de reyes.
Susana Colucci