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Acercándonos al camino del desarrollo interior

Cuanto más alto(corazón-garganta-coronilla de la cabeza) se encuentre el Centro de Gravedad de nuestra energía, más sensibilidad y facilidad se tendrá para conectarse con el propio Padre-Madre interior particular, que es la expresión en cada ser vivo del Padre-Madre Universal, que es nuestra auténtica realidad, lo que en el fondo realmente somos.

La mayoría de las personas de este planeta tienen el Centro de Gravedad de su energía en la parte inferior de su cuerpo, en el vientre, donde perciben las emociones negativas que les roban energía. Emociones como el miedo, el odio, la envidia, la sensiblería, el resentimiento, lujuria, gula, codicia, etc., cuanto más fuertes sean, más energía escapará por el plexo solar, por el vientre.
Cuando sintamos algo que repercute en nuestro vientre, ya sabemos que es algo perjudicial para nosotros. El Amor se siente en el corazón y no en el vientre. Esa afirmación, que está de moda, de que cuando se está enamorado se sienten mariposas en el vientre es falso que éso sea positivo, porque el Amor se siente principalmente en el corazón. Hay que ir desarrollando el hábito de la autoatención psicofísica de percibir qué cosas, sentimientos, hábitos, actitudes producen un impacto en nuestro vientre.
A veces es un hecho externo como una crítica, gritos, insultos, una impresión repentina como una mala noticia, etc., lo que nos hace sentir ese impacto emocional negativo en el abdomen, pero, si tuviésemos el Centro de Gravedad de nuestra Energía instalado en la zona del corazón, de la garganta o de la cabeza..., así como cierto grado de comprensión psicológica que nos permitiése no dar tanta importancia a ciertos hechos, esos impactos en el vientre los sentiríamos menos, bastante menos o incluso muy poco o nada.
Existen diversas técnicas de respiración, autoatención consciente, mantralización, transmutación para ascender la energía sexual por la columna, oración mística, etc. que, practicadas habitual y diariamente, poco a poco van haciendo que el Centro de Gravedad de nuestra Energía se instale más y más arriba. Con ciertas técnicas de respiración, cuando se domina el músculo del diafragma, se puede sentir cierta sensación agradable energética en el vientre. Ésa es prácticamente la única sensación positiva que se puede sentir en esa zona. Salvo sensaciones de conciencia y activación energética positiva de esa zona que en Japón llaman: Hara, y en China: Dan Tien, la mayoría de las sensaciones que alguien pueda tener en el vientre son negativas en mayor o menor grado.
Si una música te está produciendo una sensación en el vientre es que no te está haciendo bien desde el punto de vista energético y emocional. Ésto generará rechazo en ciertas personas, pero, si se es honesto consigo mismo, uno va comprendiendo que es así. Las emociones que son positivas se sienten en el corazón y no en el vientre. En el vientre lo que se puede sentir que sea positivo es una sensación de bienestar energético. También es cierto que se puede sentir y transmitir Amor con cualquier parte del cuerpo y por tanto con el vientre. Lo ideal es tener una conciencia continua de la respiración, con dominio del diafragma, empujándolo hacia abajo suavemente al inspirar, lo cual nos ayuda a tener conciencia positiva de la zona del vientre, así como activar la energía en esa zona. Cada actitud psicológica y hábito negativo producen una pérdida energética instantánea fuerte o progresiva que afecta a un determinado órgano o parte del cuerpo, por lo que nuestra naturaleza psicológica repercute directamente en muestra salud, así como la salud repercute en nuestros estados psíquicos.
Son dos Claves básicas en el camino del desarrollo interior: Ir evitando lo que nos roba energía e ir practicando lo que incrementa nuestra energía. Hay un dicho sufi que dice: "De nada sirve la maravillosa producción de leche de una vaca que luego patea el balde". Si por un lado realizamos prácticas que incrementan nuestro nivel energético, y por otro tenemos hábitos instintivos, emocionales, mentales, sexuales, motrices que nos producen una pérdida energética, podemos no avanzar, retroceder, o avanzar muy poco, según sea la relación entre la energía que ganamos y la que perdemos.

El cuerpo físico es muy denso, así como el nivel psicológico mundanal de la mayoría de personas de este planeta, para que nuestro Espíritu particular se exprese en nosotros, por lo que tiene que haber un puente energético intermedio entre el cuerpo y nuestro Espíritu para facilitar la conexión. Ese puente energético es la energía que vamos acumulando en la parte superior del cuerpo y que nos va facilitando tener experiencias de conexión con nuestro Espíritu. Decía cierto chamán mexicano que cuanta más energía acumulemos más buena suerte tendremos, más salud, menos envejecimiento etc. El buen funcionamiento de las células depende del buen estado de su campo energético.
Todo se basa en la energía, en la electricidad, en el magnetismo, que son una expresión del Amor Universal. Dios es Andrógino, Padre y Madre a la vez, Dios y Diosa, por ello, cuando mujer y hombre se unen con verdadero Amor, con un dominio de los músculos del vientre y de los esfínteres, sabiendo canalizar sus energías y ascenderlas hacia el corazón y cabeza se convierten en un ser andrógino, al igual que el Espíritu, generando un gran campo magnético, con gran poder para curar, aumentar sus magnetismos, vitalizar el organismo, ralentizar el proceso de envejecimiento, ir eliminando el ego, desarrollar facultades, etc.
Comprender que soñamos no sólo durante la noche sinó durante buena parte del día es el primer paso en la senda del desarrolo interior. Sólo quien admite que está enfermo, puede empezar a curarse. El camino interior comienza con el cultivo progresivo de la autoatención psicológica, que nos ayuda a ir haciéndonos conscientes de nuestra psicología, de nuestros hábitos, para poder ir cambiando interiormente. Habitualmente andamos dormidos por la calle, en casa, etc., pensando continuamente, realizando proyecciones mentales, que nos impiden vivir en el presente, lo cual nos consume bastante energía cerebral día tras día y nos perdemos la vida, ya que vivimos en nuestro irreal mundo mental. Las enfermedades y deterioros mentales que sufren muchas personas en la tercera edad son fruto del desgaste energético cerebral después de toda una vida de uso incorrecto de la energía sexual, etc., así como de una falta de dominio mental con casi continuas proyecciones mentales y pensamientos sin control. El pasado ya pasó, y no se puede hacer nada para cambiarlo, ni va a volver, y el futuro es algo inexistente cuyas páginas aún tenemos que escribir, por lo que resulta absurdo perder energía innecesariamente en cosas que no existen en el riguroso presente. Hay cierta frase conocida: La vida es algo que sucede mientras nosotros andamos ocupados haciendo otras cosas.
Cuando uno comprende que se pasa el día dormido, pensando, siendo la mente dueña de nosotros, en vez de ser nosotros dueños de nuestra mente, entonces uno empieza a idear, probar y experimentar formas de atención que le permitan intentar mantener la conciencia y la observación de la propia mente cada vez más, durante más tiempo a lo largo de cada día.


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