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La ira: una de las emociones mas dañinas (I)

Sabemos que el control de las emociones es un paso importante en el avance hacia la Dicha, de las emociones mas difíciles de controlar está la ira, tanto que está catalogada como un pecado capital. Una de sus características es que es como el fuego, crece mientras se ventila. Entonces ¿cómo hacer para lograr el equilibrio? sabemos que una emoción que no se procese adecuadamante puede alterar nuestra salud, pero si le damos rienda suelta a la ira cuando esta se manifiesta en nosotros lo que logramos es que cada vez nos sintamos mas molestos y podamos hacer algo de lo que luego podemos arrepentirnos.

Copio a continuación un artículo que pienso puede ayudarnos a hacernos idea de como manejar esas situaciones.

La relación entre la ira y la salud emocional
Publicado por Dr.Wilfredo G. Santa en Ciencia y Salud

La relación entre el coraje y las enfermedades del corazón, gastrointestinales, de la piel y otras parece ser más clara de lo que en un principio se pensaba.

Es un hecho bien conocido en psiquiatría el efecto dañino de contener el coraje, y a su vez que exteriorizar los enfados de forma leve puede contribuir a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de otras.

Muchas investigaciones han coincidido en que la tendencia a la ira y el coraje constantes tienen una relación directa con las enfermedades coronarias, sin embargo, pocos trabajos se han ocupado de investigar cómo afectan las diferentes formas de expresar esa ira. La Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Boston (EEUU), ha presentado recientemente las conclusiones de un estudio realizado con más de 23,000 varones de entre 50 y 85 años, en el que manifestaban la forma en que se comportan cuando se enfadan. En el transcurso de los dos años que duró el seguimiento se registraron 328 casos de enfermedades cardiovasculares.

Fue muy sorprendente observar la alta incidencia de las enfermedades del corazón en personas propensas a la ira, sino descubrir que aquellos hombres que mostraban niveles moderados de expresión de sus enfados tenían sólo el 50% de riesgo de sufrir un infarto de miocardio que aquellos que reprimían completamente su coraje.

Saber canalizar adecuadamente nuestros corajes y nuestra ira va a ayudarnos a sufrir un menor número de dolores de cabeza y otros males mayores, desfogarnos o no, ésa es la disyuntiva, en efecto, el enfado puede ser un ingrediente más entre los que interaccionan entre sí provocándonos dolores de cabeza reiterados. Según los resultados de muchos estudios científicos controlados, enojarse puede provocar dolores de cabeza más fácilmente que la depresión o la ansiedad, sobre todo si intentamos mantener la ira en nuestro interior.

¿Quiere decir esto que se recomienda exteriorizarla, en todo momento? No en todo momento es aconsejable: en ocasiones, este comportamiento no es la mejor opción, dado que no resulta aconsejable gritarle a nuestro jefe, divorciarnos de nuestros hijos o hacer gestos obscenos al conductor que nos ha perjudicado en pleno tráfico, por poner unos ejemplos.
Lo que es importante es aprender formas de lidiar con el coraje y manejar nuestros sentimientos adecuadamente.

Algunos consejos útiles:

-Realice tres inspiraciones profundas. Cuando este enfadado, tu cuerpo se torna tenso así que respirar profundamente te servirá para disminuir la tensión.

-Entender por qué estamos enfadados. Debemos actuar como detectives y encontrar aquellos tipos de situaciones, personas o eventos que nos despiertan la ira y hacer un listado de ello. Así podremos evitarlos más fácilmente.

-Expresémoslo. Pero vigila no hacer daño. Expliquemos a los demás cómo nos sentimos, de una forma tranquila y comunicativa. Si a pesar de todo expresar nuestro enfado podría provocar nuestro despido, nuestro divorcio o incluso nuestra muerte, es mejor hablar con un amigo que con la persona que lo ha provocado.

Ser socialmente inteligente ayuda

En la convivencia diaria también se precisan de unos rudimentos o habilidades de la inteligencia social, que se han clasificado como sigue:

-Organización de grupos. La habilidad de organizar y coordinar los esfuerzos de un grupo de personas.

- Negociar soluciones. El talento de la mediación, para prevenir conflictos o solucionarlos cuando se declaren.

-Conexiones personales. La empatía facilita el reconocimiento y el respeto de los sentimientos e intereses de otras personas. A diferencia de la vieja fórmula "si tú pierdes, yo gano", la educación emocional nos recuerda que sólo ganamos en nuestras relaciones cuando las otras personas también ganan.

-Análisis social. Comprensión de las diferentes características e intereses del grupo, una habilidad muy ligada a las conexiones personales, en el terreno más amplio de la colectividad.

La mayoría de las personas pasamos demasiado tiempo enfadadas, aunque sean sólo explosiones cortas de un grito o dos, pero reiteradas. Nos enfadamos con los hijos, con los amigos, con la pareja, con el trabajo, con la vida. Y el enfado es como una batería que se va cargando, cada vez coloca a las partes en posiciones más enfrentadas y hace nuestros esfuerzos más ineficaces. Por si fuera poco, tiene una incidencia directa en un amplio abanico de enfermedades -incluidas las del corazón, presión arterial, diabetes, depresión, gastrointestinales y otras.

El enfado supone una negación de la realidad, que no nos gusta y nos hiere. Nos duele como un golpe y reaccionamos con rabia y con agresividad -si podemos, hacia fuera, y si no podemos exteriorizarla, hacia dentro. En cualquier caso, siempre que nos enfadamos algo se altera dentro y reaccionamos atacando en una actitud de defensa. El problema es que esa supuesta defensa, contra quien primero arremete es contra nosotros mismos, ya que se trata de una emoción con incidencia directa en nuestro estado físico y mental. Como el odio, el enfado es "como una piedra ardiendo que a quien primero quema es a quien la lanza". Si no sabes como lidiar con este sentimiento busca ayuda profesional y evitaras muchas crisis en tu vida.
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