En el camino del conocimiento personal, ese que conduce al manejo del destino de forma conciente, uno de los puntos mas interesantes es lograr entender el porqué reaccionamos de una forma o de otra ante las situaciones que nos presenta la vida. Una de las claves es saber ser observador neutral de lo que nos pasa y así analizar cada momento antes de actuar, lo que en especial, nos ayuda a identificar y expresar de manera controlada las emociones.
Es tan importante eso que Tomás reporta en su recopilación de dichos de Jesús, que el expresó una vez: “Bendito es el león que es comido por el hombre, y el león se volverá hombre; maldito es el hombre que el león comerá, y el hombre se volverá león”, queriéndonos decir que cuando somos nosotros los que dominamos las emociones las humanizamos, pero si dejamos que ellas nos controlen a nosotros entonces nos volvemos como leones… lo que por lo general trae consecuencias que no son de aquellas que tildamos como agradables.
Lograr identificar lo que sentimos a cada momento racionalizándolo es un reto, en el transcurso de la vida no es eso lo que aprendemos o vemos a nuestro alrededor, todo lo contrario. Es aquí donde usar indiscriminadamente el marco de referencia ego que nos vamos formando durante la vida, puede ser contraproducente.
Es tan importante eso que Tomás reporta en su recopilación de dichos de Jesús, que el expresó una vez: “Bendito es el león que es comido por el hombre, y el león se volverá hombre; maldito es el hombre que el león comerá, y el hombre se volverá león”, queriéndonos decir que cuando somos nosotros los que dominamos las emociones las humanizamos, pero si dejamos que ellas nos controlen a nosotros entonces nos volvemos como leones… lo que por lo general trae consecuencias que no son de aquellas que tildamos como agradables.
Lograr identificar lo que sentimos a cada momento racionalizándolo es un reto, en el transcurso de la vida no es eso lo que aprendemos o vemos a nuestro alrededor, todo lo contrario. Es aquí donde usar indiscriminadamente el marco de referencia ego que nos vamos formando durante la vida, puede ser contraproducente.
Comparto contigo hoy un escrito de Gloria Pizzuto que explica cómo las emociones pueden afectarnos, espero sea de ayuda.
Namaste
susana colucci
Las emociones que nos frenan, paralizan o enferman
El cerebro continuamente recibe información del medioambiente, la procesa, aprende y recuerda, para comprender el mundo en su relación causa-efecto y poder evaluar las consecuencias. Esta estructura de pensamiento más sofisticada, marca la diferencia que tenemos con los animales y otras especies.
Actualmente se sabe que el dictado genético del desarrollo del cerebro en seres vivos no es inerte, sino que se trata de un proceso versátil y dúctil llamado Neuroplasticidad.
Henri Laborit (1914 - 1995). Biólogo, médico, etólogo, psicólogo y filósofo francés decía:
“Por ello, el medio social en el cual nace un niño tiene tanta importancia. Lo que su sistema nervioso interiorizará será el capital de las informaciones, todas las actividades nerviosas que resultarán de estas relaciones con su entorno social poblarán su cerebro de reptil y su antiguo cerebro de mamífero convertidos en inconscientes, constituirán la base de su comportamiento, de sus juicios de valor, así como la trama profunda de su personalidad”.
Durante toda la vida el Ser humano está sometido a un constante proceso de aprendizaje y memoria, la visión de la “huella” (imprinting) a la cual hace referencia Laborit lo presentará como Ser “que siente y piensa por lo decidirá y actuará en consecuencia”.
En 1974 el Dr. Robert Ader, descubrió: “El sistema inmunológico, al igual que el cerebro podía aprender”. Sus vínculos dieron origen a la ciencia psiconeuroinmunoend ocrinología.
Por primera vez es aceptada la conexión directa entre el sistema nervioso central (neuronas) y el sistema inmunológico ó de defensa (linfocitos, macrófagos), conexión que se realiza entre mente y cuerpo a través de las emociones (información química).
Las terminales nerviosas del sistema nervioso autónomo (“por donde viajan la química de las emociones”) apoyan directamente sobre las células inmunológicas dando origen a un tipo de sinapsis (conexión) semejantes a las sinapsis cerebrales.
Imaginemos por un momento una situación de “temor”: estamos alertas, paralizados, pálidos, sudorosos, con aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, ocasionados por la liberación de neurotransmisores y hormonas. En consecuencia, podemos decir: “las células inmunológicas serán el blanco de los mensajes enviados a las terminales nerviosas desde las neuronas que conforman el cerebro”
¿Cómo influyen las emociones en la salud?
Podemos definir la emoción, como el objeto que impacta en la corteza cerebral sensorial y produce una descarga química involuntaria e inconsciente. Pueden ser clasificadas como:
1) búsqueda ó de gratificación (alimento, agua, sexo, etc.)
2) displacer (angustia, enojo, tristeza, etc.), capaces de provocar un estado de inhibición en la acción que preparará para la “huída” ó la “lucha”, llamada stress.
Si no se puede huir ó dominar, se hace crónico y produce el stress negativo ó distres que ocasionará síntomas somáticos (corporales) y disminución de las defensas en el sistema inmunológico lo que generará diversas infecciones.
Las emociones primordiales (iniciales) ó evocadas a través de imagen, sonido, recuerdo, darán lugar a un cambio químico positivo ó negativo del sistema nervioso central (cerebro), sistema nervioso autónomo (químicos liberados para transmitir la información) y sistema inmunológico.
Las emociones negativas y el stress debilitan la eficacia del sistema inmunológico.
Pueden citarse como emociones negativas ó perturbadoras, la ansiedad crónica; el pesimismo; la tristeza; la hostilidad; el cinismo ó la suspicacia implacable, todas ellas consideradas factores de riesgo tan ó más dañinas que fumar, beber alcohol ó drogarse.
Las emociones específicas, como la ira, ansiedad y depresión, tienen vastos estudios experimentales realizados que arrojan las siguientes conclusiones:
1) la ira parece ser la emoción que produce más daño cardiovascular.
2) la personalidad tipo A (apresurado y con más presión) tiene más riesgo de enfermar, que de ocasionar la enfermedad. De esta teoría surge que “la hostilidad pone más en riesgo de enfermar a los sujetos”.
3) episodios repetidos de ira u hostilidad generan una “turbulencia” sanguínea que desgarra las arterias y dilata las venas propiciando episodios de hemorragias en cualquier parte del organismo.
4) los estados depresivos tuvieron importancia al ser relacionados con enfermedad cardiovascular, más precisamente infartos agudos de miocardio. Fueron reconocidos estados emocionales negativos previos al ataque y una sensibilidad al pánico ó fobia posterior al hecho.
5) más que un episodio, la “cronicidad” de emociones negativas pone en peligro de enfermar al sujeto.
6) los efectos de la alteración del sistema inmunológico pueden exacerbar y agravar evolución de otras enfermedades como, diabetes tipo I y II y asma.
7) el stress crónico produce daño cerebral (destrucción del hipocampo) con pérdida de memoria.
Para finalizar podemos decir que, la vida tiene encantos y desencantos pero es cuestión de aprender a “suavizar” lo que angustia y entender que el costo de la aflicción es muy alto.