No. Pero se puede hacer frente a una mala situación, sin antagonismo. De hecho, vamos a ser más eficaces en hacerlo cuando estamos tranquilos y con el pensamiento claro.
A veces puede que tengamos que hablar fuertemente a alguien porque esa es la única forma de comunicarse con el. Por ejemplo, si tu hija está jugando en la calle y le dices muy dulcemente, "Susie querida, por favor no juegues en la calle", es posible que lo ignore. Pero si le hablas con firmeza y le explicas el peligro, ella siempre recordará y obedecerá.
¿Como un entusiasta de los deportes, no es útil la ira, porque te ayuda a ganar el juego? ¿Es el deporte una buena forma de liberar la ira?
Sí, el deporte es una forma socialmente aceptada para ventilar la ira. Sin embargo, no cura la ira, sólo libera temporalmente la energía física que la acompaña. Todavía estamos evitando el problema real, que es nuestra emoción perturbadora y las ideas falsas acerca de una situación.
Sí, la ira puede ayudarte a ganar el juego, pero es que realmente beneficiosa? ¿Vale la pena reforzar características negativas sólo para obtener un trofeo? El peligro en el deporte es hacer que del "nosotros y ellos" algo demasiado concreto. "Mi equipo tiene que ganar. Tenemos que luchar y derrotar al enemigo."
Pero vamos a dar un paso atrás por un momento. ¿Por qué debemos ganar y perder el otro equipo? La única razón es "Mi equipo es el mejor porque es mío." El otro equipo se siente de la misma manera. ¿Quién tiene razón? La competencia basada en el egocentrismo no es productiva, ya que alimenta la ira y los celos.
Por otro lado, nos podemos concentrar en el proceso de jugar el juego, no en el objetivo de ganar. En este caso, vamos a disfrutar del ejercicio físico, la camaradería y el espíritu de equipo, cualquiera sea el que gane o pierda. Psicológicamente, esta actitud trae más felicidad.
¿Cómo manejar el enojo cuando somos testigos de un daño a otra persona?
Todas las técnicas descritas anteriormente son aplicables aquí. Sin embargo, ser paciente no significa ser pasivo. Puede que tengamos que parar de forma activa a una persona que perjudica a otra, pero la clave es hacerlo con compasión imparcial para todos los involucrados en la situación.
Reconociendo el sufrimiento que trae en sí mismo, podemos desarrollar la compasión por él. Así, con el mismo interés para la víctima y el agresor, podemos actuar para evitar un daño a otra persona.
No debemos estar enojados con el fin de corregir un error. Acciones realizadas por la ira puede complicar la situación aún más! Con una mente clara, vamos a ser capaces de determinar con mayor facilidad lo que podemos hacer para ayudar.
¿Cómo podemos ayudar a alguien que se está creando karma negativo por enojarse con nosotros?
Cada situación es diferente y tendrá que ser examinada por separado. Sin embargo, algunas pautas generales se pueden aplicar. En primer lugar, comprobar si las quejas del otro sobre nosotros están justificadas. Si es así, podemos pedir perdón y corregir la situación. Eso detiene su ira.
En segundo lugar, cuando alguien está muy molesto y enojado, trata de calmarlo. No continúes la discusión, porque en su estado de ánimo, no te puede escuchar. Esto es comprensible: no escuchar a los demás cuando estamos de mal humor. Así que, es mejor ayudarlo a calmarse y más tarde, quizá al día siguiente, hablar del asunto.
El budismo tibetano tiene muchas imágenes de deidades feroces. ¿Qué quieren decir?
Estas deidades o figuras de Buda son manifestaciones de la sabiduría del Buda y de la compasión. Su ferocidad no está dirigida hacia los seres vivos, porque como Budas, tienen sólo compasión por los demás. Más bien su fuerza está dirigida a la ignorancia y al egoísmo, las causas reales de todos nuestros problemas.
Al mostrar un aspecto feroz, estas deidades demuestran la necesidad de actuar con firmeza y rapidez en contra de nuestra ignorancia y del egoísmo. Ser paciente con los enemigos internos, las actitudes perturbadoras, no es beneficioso en lo absoluto. Debemos oponernos activamente a ellas. Dichas deidades ilustran que, en lugar de estar airado hacia los demás seres, debemos ser feroces con nuestros enemigos internos como los son la ignorancia y el egoísmo.
Además, como manifestaciones de la sabiduría compasiva, ellas representan simbólicamente la conquista de la sabiduría compasiva sobre las actitudes perturbadoras.
Hay varias maneras de hacer esto. Al hacer ejercicios de respiración, claramente centrados en la inhalación y la exhalación aparecen sensaciones, con ellas podemos reconocer un sentimiento general de inquietud o ira. O podemos recordar una situación ocurrida hace años que todavía nos irrita. Al tomar nota de estos pensamientos y sensaciones, sabremos lo que tenemos que trabajar. También podemos identificar nuestro enojo siendo conscientes de nuestras reacciones físicas, así estemos meditando o no.
Por ejemplo, si sentimos tensión en el estómago, o la temperatura de nuestro cuerpo aumenta, puede ser una señal de que estamos empezando a perder la paciencia. Cada persona tiene diferentes manifestaciones físicas de la ira. Podemos estar atentos y percibir la nuestra. Esto es útil, porque a veces es más fácil identificar la sensación física que acompaña a la ira que la propia ira.
Otra forma es observar nuestros estados de ánimo. Cuando estamos de mal humor, podemos hacer una pausa y preguntarnos: "¿Qué es este sentimiento? ¿Qué lo generó?" A veces podemos observar patrones en nuestros estados de ánimo y conductas. Esto nos da pistas sobre cómo funciona nuestra mente.
¿Qué podemos hacer acerca de la ira que se ha ido acumulando durante un largo período de tiempo?
Tomará un tiempo para liberar nuestras mentes de todo esto. La ira habitual debe ser reemplazada con paciencia habitual, y esto requiere tiempo y esfuerzo constante. Cuando nos damos cuenta que nuestra ira
se desarrolla hacia alguien, es útil preguntarse: "¿Qué botón esta persona toca en mí? ¿Por qué estoy tan irritado por sus acciones?" De esta forma, investigamos nuestras reacciones para determinar el verdadero problema en cuestión. ¿Nos sentimos impotentes? ¿Sentimos que nadie nos escucha? ¿Estamos ofendidos? Observando de esta manera, nos conoceremos mejor y, a continuación se puede aplicar el antídoto correcto a esa actitud inquietante.
Tenemos la responsabilidad de intentar comunicarnos, a tiempo, con las personas que nos molesta y limpiar la situación antes que nos sobrepase. Pero también la de reconocer que nuestras reacciones decidimos tenerlas nosotros no las provocan los demás.
Traducción libre del texto Trabajando el enojo de Thubten Chodron
