El Secretario Paulson fue tajante y sorpresivo hoy, "el plan de comprar los activos tóxicos ya no va", y además, no admitió reclamos, informa CNN. Confusión, extravío, incertidumbre, son términos apropiados en este momento para lo que vive la economía norteamericana, que amenaza con propagarse al planeta.
Todo muy bien simbolizado por el tránsito de Plutón (egolatría, destrucción y transformación) en la I natal de Estados Unidos, que está en cuadratura al Neptuno natal en la IX (asuntos internacionales), Regente de la IV (lo patrimonial, la vivienda en este caso). ¡Qué exacto describe lo que se vive! Maravillas de la astrología.
La primera vez que reflexioné a fondo acerca de lo complicado, enredado, y confuso que resulta un mal tránsito de Neptuno, fue unos diez años atrás al leer "Neptuno" de Liz Greene. Hoy en el mundo norteamericano y en el europeo no hay nadie que sepa con claridad qué hacer. La intervención de Paulson es más que elocuente.
Pero estos tránsitos tienen propósitos espirituales. Liz Greene escribió que le da risa cuando oye decir que Neptuno es espiritual. Veamos como funciona la naturaleza espiritual de este tránsito de Plutón a Neptuno.
Plutón transitando la I despierta fácilmente la egolatría y la prepotencia por la naturaleza de esta Casa. Este tránsito se dio simultáneo a la oposición a Marte natal, es decir, prepotencia que llevó a la guerra en Oriente Medio y a irrespetar el ordenamiento internacional. Producto de esta prepotencia, se empezó a vivir gastando lo que no se tenía, bajo el credo consumista de que soy por lo que tengo y por lo que aparento, en sustitución de auténticos valores tradicionales como: honradez, respeto, solidaridad, moderación, humanismo en general. Y la manifestación más concreta de este desbordamiento consumista fue, adquirir viviendas a granel que luego no se podrían pagar, para ostentar, naturalmente.
Los casi diez millones de inmuebles perdidos llevaron a millones a una situación humillante, al tener que entregarlos por incapacidad para hacer frente a
Todavía no se sabe cuantos billones habrá perdido la economía norteamericana cuando esta crisis pase, pero una cosa si es evidente ya, el pueblo estadounidense se ha empobrecido notablemente. Por eso les urge parar la sangría de la guerra que les traga recursos que tanto necesitan. La prepotencia cuesta caro. Ya lo dijo Obama: "La guerra debe ser nuestra última opción…Debería darnos vergüenza hacer del egoísmo y la codicia una virtud. Norteamérica precisa de nuevos valores basados en el voluntariado y la solidaridad". Un progreso espiritual, sin duda. Y como también lo es, elegir un negro como Presidente. El dolor nos vuelve muy sensatos y mejora, al menos en la mayoría de los casos, nuestro humanismo. Ya lo apuntó Jung: "Buscamos a Dios en el dolor".
